¡Ámate, no te exijas demasiado!

En este proceso de encontrarme, de encontrar la plenitud y mi mejor versión, también me he encontrado con una actitud no tan positiva, que estoy segura le pasa a muchos.

¿Cuántas veces nos culpamos por no ser lo suficientemente buenos? ¿Por no hacer las cosas al pie de la letra?, como si la vida se tratase de seguir un manual de uso...

Yo soy una persona que me encanta hacer listas por todo, de hecho lo hago todos los días para saber qué tengo que hacer en el día, lo cual es curioso porque soy una persona súper despistada, por lo que cuando no logro cumplir mis expectativas personales, resulta ser bastante frustrante.

Estamos tan acostumbrados a cumplir expectativas, y no basta solo con las personales, si no que debemos de cumplir con las expectativas en cada uno de los roles en los que nos desempeñamos: expectativas familiares, laborales, amorosas, sociales, etc. Me pregunto entonces, ¿en qué momento se nos permite ser simplemente...humanos?.

A diario vivo una pelea entre tratar de ser: la mejor emprendedora del mundo, y tratar no solo de salir adelante con los pendientes de mis negocios si no ser la mujer más productiva, pensar en nuevas ideas, hacer todo lo que dicen los gurus de los negocios etc. Pelea por ser cada vez más saludable: ir al gimnasio 5 veces por semana, tomar como mínimo 2 litros de agua, tomar mis vitaminas, comer saludable, dormir suficiente, cuidar mi piel, mi cabello, etc. Pelea por ser mejor hija y hermana, por tratar de no llevarle la contraria a mis familiares, y además por hacer tiempo para ellos. Pelea diaria por aumentar mi conocimiento, por leer lo que me he propuesto pero además ver aquella película o serie motivacional que quería ver desde hace tiempo además de pelea por ser la mejor amiga del mundo, buscar tiempo para TODOS mis grupos de amistades y estar para ellos en las buenas y malas. Ser además la mejor novia, brindando tiempo de calidad y dando detalles ÚNICOS en ocasiones especiales, etc....y así, en todas y cada una de las áreas que me desarrollo. Y sé, que al igual que yo muchas personas que están en construcción de su mejor versión, les ha pasado esto; pero, ¿qué pasa cuando fallamos en cualquiera de nuestros objetivos diarios?, cuando no pudimos hacer todo lo que había en la lista de pendientes del trabajo, cuando dijimos que nos íbamos a ejercitar y no logramos hacerlo (ya sea por motivos laborales o por simple cansancio), así como también cuando no pudimos con la tentación y comimos más de la cuenta o algo fuera de la dieta...qué pasa cuando pasamos tan ocupados con nuestra familia/amigos, que no comenzamos a leer aquel libro que nos llamaba la atención, o cuando  en vez de ser proactivos nos tomamos un momento para ver nuestra serie favorita. Qué pasa cuando quisimos estar en un momento especial de nuestros amigos pero por ello descuidamos algún momento familiar....etc.

Sinceramente, para mi en muchas ocasiones, no cumplir con las expectativas tanto personales como del mundo entero me ha llevado a sentir estrés, frustración e incluso decepción, y me ha llevado a pensar cosas como: ¿Cómo es posible que no haya logrado hacer X cosa? ¿Por qué eres así? ¿Por qué no puedo ser mejor etc?...De hecho, éste artículo se me ocurrió escribirlo en uno de esos momentos en los que me estaba culpando por no ser la mejor en todo, pero noté mi actitud a tiempo y dije ALTO...respiré hondo y dije “estoy dando todo de mi para hacer lo mejor posible”, y pensé ¿Cuántas personas pasarán por esto A DIARIO?...estoy segura que muchas, y que este incluso puede ser un factor de peligro, que puede llevar hasta la ansiedad y depresión.

Pero, ¿Por qué nos hacemos esto?  ¿Por qué pensamos que somos como robot programados que deben cumplir con todo un sinfín de tareas y exigencias que se nos impongan?. Está bien tener metas, está bien querer ser mejor persona en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos...pero también está bien equivocarnos, también está bien si un día no hiciste las cosas bien en el trabajo, o si no lograste ir un día al gimnasio o a entrenar, está bien si de vez en cuando perdés la dieta, está bien si no sos la mejor o el mejor novio todos los días. Está bien si por un día no te sentiste motivado y odias al mundo entero y no tenés frases clichés que decirte a ti mismo para ser mejor persona...está bien sentirse cansado, frustrado, enojado o desilusionado por un día. Somos humanos, y como tales tenemos errores, sentimientos, cansancio, emociones etc. Y está bien,...solamente se trata de aprender a lidiar con esos momentos en los que el cerebro te grita que no estás siendo suficiente, y para eso lo más importante es detectarlo a tiempo, detectar que estás a punto de echarte un sermón a ti mismo en tu cabeza por no lograr hacer X cosa, detener tu pensamiento y pensar que mañana, es un nuevo día y una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor. Identifica tu lenguaje corporal en ese momento, detén tu pensamiento y date la oportunidad de equivocarte, porque al final, no se puede ser mejor cada día si no hay algo que “mejorar”.

¡Recordemos que al mundo lo llenamos de cool vibes uno a uno!, así que empieza por ti: date cool vibes a ti, permítete equivocarte, permítete no ser perfecto, pero sobre todo, permítete empezar de cero cada día...¡ámate, no te exijas demasiado!.

PD. Y para que esto no parezca monólogo, les invito a que compartan en un comentario su experiencia con la auto exigencia y cómo la han combatido. ¡Los leo!.