The cool girl

Siempre me han gustado los flats. Lo sé...no se supone que sea así, porque por mi estatura, debería andar en zapatos altos 24/7, sin embargo...definitivamente no son lo mío...al menos, no para mi día a día. Siempre he pensado que nuestro estilo es nuestra esencia hablando de forma física y de forma externa y a lo mejor tangible. A la hora de escoger nuestros zapatos, suele ser lo mismo. Es decir, ¿cuántas veces nos ha pasado que vemos un par de zapatos PERFECTOS...pero no son para nosotros?...es decir, se le verían perfectos a otras personas, más no a nosotros. A diario, nos relacionamos con por lo menos 5-10 personas: nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, el que limpia parabrisas en el semáforo, la persona que te atendió en la gasolinera, tus clientes, proveedores, algunas veces tus amigos...etc. Y todas ellas...TODOS, tienen un estilo diferente, una esencia que los marca y los define, por ende, todos ocupan calzado diferente. Y si bien es cierto, en el mundo en el que vivi

Se levanta de forma rutinaria, todos los días a la misma hora. Desayuna. Se dispone a trabajar. Termina su jornada laboral, realiza sus pendientes para ese día, hasta que termina, todo sin una sola sonrisa, sin decir gracias, sin asombrarse de nada. Al terminar, se dedica a ver el celular, o a ver su serie favorita hasta que llega la hora de dormir. Y así un día tras otro, tras otro. No ve noticias. No tiene opinión de nada. No le gusta entrar en conflicto. No hace ningún cambio de rutina.  No sonríe. Todo es igual, siempre igual. Despertar. Trabajar. Dormir. Así es su día a día...uno tras otro...todos igual. Todos de la misma forma... ¿Identificados?... Vivimos en un tiempo tan caótico, en el que se nos hizo más fácil vivir la vida de esta manera. En lo personal, hace poco platicaba con una amiga de la gran "caida" que ha significado para mí este año. Después de un año (2019) en el que tomé decisiones grandes EN TODO sentido y en todas las áreas de mi vida, después de un año

Hola,  Estaba viendo como caía la lluvia por la ventana, pensando en tí. Pensando en cuánto extraño tu vida, y pensando en lo diferente que te habrías sentido de saber tantas cosas... Es septiembre de 2019... Se que a estas alturas del año te sientes algo cansada porque tienes mucho trabajo encima, Sé que estás confundida porque vienen decisiones muy grandes que tendrás que tomar.  Sé que tienes miedo al cambio y a lo que implique. Sé también que acabas de terminar un Diplomado, que con mucho esfuerzo pagaste para poderlo concluir y para iniciar una nueva etapa en tu negocio y tu vida profesional. Sé que desde el 2018 vienen los cambios en tu interior. Y una de las razones por las cuales no quieres tomar ninguna decisión ni hacer ningún cambio es porque al fin estas feliz, porque al fin te sientes "estable", o al menos así quieres estar. Y hoy, mientras lees esto, solo quiero decirte: La vida te va a cambiar... Va a empezar un cambio grande en un par de días...y el cambio más

 Tenemos esta tendencia de querer terminar todo lo que empezamos, no importa si es por obligación, compromiso o por pura presión social...¿Y qué tal si no es necesario?... Vivimos en un mundo de sobre productividad, en donde muchas veces la presión de llegar a un punto se vuelve no solo lo más importante si no también un GRAN peso sobre nuestros hombros. Honestamente, una de las cosas con las que más he peleado éste año es mi falta de organización con mi rutina diaria. Desde el 19 de marzo he intentado tener una rutina "productiva":  Levantarme temprano Meditar Ver misa Desayunar Hacer ejercicio Bañarme-arreglarme (como si fuese a estar en una oficina), y  Dedicarme a hacer diferentes -actividades dependiendo del día (dedicarme a cosas de artefacto, o contenido para mi cuenta en general: blog, podcast, etc. O simplemente actividades de ocio que me hagan feliz...pero de forma organizada)...  DE TOODA esta lista, en los básicamente 6 meses que han pasado ya de pandemia, a diari

 Vivimos en un mundo que nos ha acostumbrado a competir.  Un mundo que vive acostumbrado a comparar realidades. Que te hace cuestionar y querer estar siempre arriba de alguien en cada rubro de nuestras vidas. Y en la amistad, suele ser lo mismo... Es primera vez en muchísimos años en la que me cuestiono algo que resulta ser tan cotidiano y básico en la vida de todos...¿Tienes mejor amigo/a? ¿alguna vez lo has tenido?. Pues yo sí. Muchas veces llamé "mejor" amigo a personas que casualmente ya no están en mi vida. Pero ahora me pregunto...¿por qué usamos el término "mejor"?. Es natural que seamos más cercanos a ciertas personas que con otras...pero,¿eso los convierte en "mejores" seres humanos?, es decir, ¿los demás no hacen bien su trabajo como amigos?... Nuestro lenguaje está programado de la forma en que la sociedad nos programa a pensar. Y a veces no nos damos cuenta que en palabras básicas y cosas esenciales, estamos descartandonos los unos a los otros.