Amor en tiempos de c...uarentena
¿Quién se hubiese imaginado vivir así?...Apuesto que nadie.
Nadie pensó que éste año iba a comenzar patojeando. Nadie pensó que se nos venía encima la Tercera Guerra Mundial...una guerra que no estábamos preparados para afrontar. Una guerra en donde el arma más potente es el amor.
Parece como si al mundo entero le hubiesen apretado el botón de pausa.
Se paró el tiempo para compartir con los demás.
Se paró el tiempo para cumplir nuestras metas laborales (al menos las que nos establecimos antes de que ésto sucediera).
Se paró el tiempo para ir a nuestros lugares favoritos.
Se paró el tiempo para los abrazos y los besos.
Se paró el tiempo y la vida para quienes entregan su cuerpo, energía y alma para luchar contra ésta guerra.
Se paró la vida como la conocemos.
Pero acaso, ¿se habrá parado el amor?...
Pues yo verdaderamente creo que no. O al menos eso quiero pensar...
Mi forma de amar no es la misma, y probablemente no sea igual nunca más.
Entendí el valor de mi familia, entendí que el mayor acto y regalo de amor es el tiempo, tiempo de calidad. Tiempo para escuchar, para hablar, para abrazar, para ayudar, para comprender.
Mi forma de amar a mi país y la gente que lo conforma, no es la misma. Hay un batallón completo de super héroes que salen A DIARIO a luchar en contra de ésta guerra. Hay muchos que luchan con amor, por mí, por vos....por todos.
El no tener cerca a todos aquellos que amo, con quienes convivía más de 1 vez a la semana, a quienes extraño abrazar, besar; con quienes extraño reír, brindar y hasta rezar...solo me ha llevado a comprender la grandeza de nuestro amor, que aunque estemos lejos, estamos cerca, que los detalles que considerábamos más tontos, son los que más valen y que quien no demuestra amor en éstas condiciones, es sencillamente porque no lo quiere así.
Sin embargo, el mayor amor en esta guerra, lo he descubierto de otra forma.
En cada tarde de silencio.
En cada sabor.
En cada risa.
En cada lágrima.
En cada dolor de cuerpo.
En cada sueño.
En cada idea.
Ésta guerra, me ha obligado a tener los mayores actos de amor...conmigo.
Me ha obligado a escucharme: a saber qué necesita mi cuerpo, mi mente y mi alma. Me ha obligado a identificar adónde es que duele y por qué duele. A identificar lo que me enoja, lo que me frustra. Pero también me ha obligado a escuchar qué es lo que me hace feliz. En qué soy buena. Qué cosas son las que quiero para mi vida. El qué y a quiénes merezco tener a mi lado.
Y sí, ésta guerra, me ha obligado a amarme más...
¿Quién se hubiese imaginado vivir así?...Apuesto que nadie.
Mi forma de amar no es la misma, y probablemente no sea igual nunca más.
Entendí el valor de mi familia, entendí que el mayor acto y regalo de amor es el tiempo, tiempo de calidad. Tiempo para escuchar, para hablar, para abrazar, para ayudar, para comprender.
Mi forma de amar a mi país y la gente que lo conforma, no es la misma. Hay un batallón completo de super héroes que salen A DIARIO a luchar en contra de ésta guerra. Hay muchos que luchan con amor, por mí, por vos....por todos.
El no tener cerca a todos aquellos que amo, con quienes convivía más de 1 vez a la semana, a quienes extraño abrazar, besar; con quienes extraño reír, brindar y hasta rezar...solo me ha llevado a comprender la grandeza de nuestro amor, que aunque estemos lejos, estamos cerca, que los detalles que considerábamos más tontos, son los que más valen y que quien no demuestra amor en éstas condiciones, es sencillamente porque no lo quiere así.
Sin embargo, el mayor amor en esta guerra, lo he descubierto de otra forma.
En cada tarde de silencio.
En cada sabor.
En cada risa.
En cada lágrima.
En cada dolor de cuerpo.
En cada sueño.
En cada idea.
Ésta guerra, me ha obligado a tener los mayores actos de amor...conmigo.
Me ha obligado a escucharme: a saber qué necesita mi cuerpo, mi mente y mi alma. Me ha obligado a identificar adónde es que duele y por qué duele. A identificar lo que me enoja, lo que me frustra. Pero también me ha obligado a escuchar qué es lo que me hace feliz. En qué soy buena. Qué cosas son las que quiero para mi vida. El qué y a quiénes merezco tener a mi lado.
Y sí, ésta guerra, me ha obligado a amarme más...
¿Quién se hubiese imaginado vivir así?...Apuesto que nadie.
Apuesto que amaremos más los atardeceres, apuesto que estaremos agradecidos por nuestro trabajo, apuesto que estaremos agradecidos por poder convivir con nuestras amistades, apuesto que vamos a valorar nuestras iglesias, nuestra fe. Apuesto que el primer abrazo, se sentirá como una nueva sensación en la piel; apuesto que el primer beso será como el primero que diste o te dieron en toda la vida.
Apuesto que amaremos de forma diferente....pero por el momento...¡NO PERDAMOS LA OPORTUNIDAD DE AMAR HOY!, no perdamos la oportunidad de aprender a transformar y transmitir el amor; de vivir el amor, de ser amor...porque hoy, solo el amor podrá salvarnos...
Cool vibes😉
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