Ellos

Ella vivía en la ciudad. Era de altura promedio, tenía el escultural y típico cuerpo de latina (casi casi podría apostar que sus medidas se acercaban al tan deseado 90-60-90). 

Su cabello era negro azabache, tenía ojos un poco almendrados, profundos como el océano, color café oscuro. 

Era la primera de dos hijos; cargaba con la responsabilidad de ser la "hermana mayor". Siempre correcta, siempre seria, siempre haciendo lo correcto: se mataba estudiando (por eso siempre tenía notas excelentes), era sumamente responsable y trataba de ser la mejor en todo.

Tenía 24 años, estaba estudiando Ingeniería Química en una universidad privada del país (una de las mejores catalogadas, por cierto). Su familia no era de dinero, pero tenían comodidades y no les hacía falta nada.

Él, había nacido en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad. Su estatura era abajo del promedio. Su cabello, hacía juego con la época (estilo Elvis Presly), el color de sus ojos era un cafe tan oscuro que se asemejaba mucho al negro de su cabello.

Reflejaba un aire fresco y despreocupado, sin embargo, tenía muchas ganas de comerse al mundo. Tenía metas que cualquiera en su posición habría dicho que eran sueños inalcanzables. Era el menor de 4 hijos (todos hombres). En casa, su mamá se partía la espalda para poder llevar comida a su mesa, ya que su papá nunca estuvo presente. No tenían lujos ni comodidades, sin embargo, contaban con lo necesario para vivir, y nunca les hizo falta la comida. A pesar de todo, crecieron felices, libres, traviesos.

A pesar de sus condiciones, el nunca dejó de soñar en grande, ni tampoco de creer en sus capacidades. Al terminar el bachillerato, se mudó a la ciudad para estudiar la carrera que deseaba: Ingeniería Civil. Estudiaba en una universidad pública. Tenía 29 años, y aún muchos sueños por cumplir. 

Jamás pensaron que sus caminos se iban a unir. No había razón aparente alguna para que la vida uniese sus caminos. Sin embargo, ellos no sabían, que tenían amigos en común: una amiga de ella, era novia de un amigo de él...

Era un viernes como cualquier otro (o al menos así lo parecía); no sabían que su vida iba a cambiar DRÁSTICAMENTE a partir de ese día. No sabían la vida que les esperaba a partir de ahí. 

A sus 24 años, ella nunca había ido a un club nocturno o una discoteca o incluso a una fiesta. Su padre era sumamente exigente y debía estar en casa siempre a las 10pm como máximo. Él por el contrario, era fiestero, le encantaba el ruido, los grupos grandes y ser el alma de la fiesta.

A sus amigos, también les gustaba salir, y disfrutaban de un buen momento entre amigos en un club o una discoteca. Tenían una costumbre de salir los viernes, y ese viernes...ese preciso viernes, su amigo, la novia y él habían decidido ir a bailar, sin embargo, él no quería ser "el clavo" de la salida, al no tener una pareja con quien bailar, así que le pidió a la novia de su amigo que invitara a alguna amiga. Ella le llamó a todas sus amigas, pero no había nadie disponible para esa noche, excepto...

Sí...su amiga. Aquella chica de 24 años, que estudiaba Ingeniería Química...Aquella amiga que era una "niña bien" y que nunca en su vida había estado en una discoteca...No era una opción viable, pero decidió llamarle igual.

Quién sabe cómo o porqué...pero su amiga accedió a ir. Por primera vez en su vida a sus 24 años de edad asistiría a una discoteca solo para que le cambiase la vida. Y quien sabe cómo, pero su papá tampoco hizo mayor problema por ello.

Esa noche, se cruzaron 2 vidas que según el libro de la lógica no debían cruzarse. Pero bien dicen que hay cosas que no son guiadas necesariamente por la razón. Dos vidas totalmente opuestas, dos personalidades extremas. Era como tener agua y aceite en el mismo recipiente.

Cuando él la vio, supo que era el amor de su vida y que la conquistaría a toda costa. Cuando ella lo conoció, no se impresionó...probablemente hasta le cayó mal...sin embargo se dio la oportunidad de conocerlo, de conocer su gran corazón, su ambición por comerse el mundo entero...y se enamoró...se enamoraron.

36 años después, aún siguen juntos. Y son los mejores papás que la vida misma y Dios pudo poner en mi camino. Soy una combinación de ambos y la mujer que soy hoy en día es gracias a ellos:

Mi mamá, me enseñó a ser una mujer independiente, a valorar ese regalo tan grande que Dios me dio de ser simplemente MUJER. Me enseñó a ser excelente en todo, a dar más de 100% en TODO lo que hago. A creer en mí y a ser una persona de bien.

Mi papá, me enseñó sobre los sueños, sobre esa capacidad humana de cumplirlos, sobre creer en mí sin importar lo que piense el mundo entero. Me ha enseñado el valor del trabajo honesto, el valor de la perseverancia...y hasta el valor de reírse de las malas pasadas de la vida.

La vida, y quizá nadie pensaba que estarían juntos un día, pero Dios tenía un plan perfecto. Y esta familia, y esta mujer que soy (que lleva a pedacitos, partes de uds) no sería lo mismo sin ellos...

PD. GRACIAS MAMÁ Y PAPÁ, por haberse unido, por habernos dado la vida, por habernos apoyado en todas y seguirlo haciendo. Por convertirme, en la mujer que soy hoy.



Espero que hayan disfrutado de esta historia, yo también disfruto ser parte de ella cada día.

#30dayswritting/ Semana 5 - post 5.

Cool vibes😉


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