Afrontando el cambio...

Hay cambios que son pasajeros, cambios que pueden durar algunas horas, días, semanas, meses o incluso años, pero son exactamente eso...pasajeros. Mientras hay otros que son eternos. Que te dan un giro de 360º a la vida sin vuelta atrás.

Y en esos cambios, en donde es un camino sin retorno, ¿Cómo afrontamos el cambio?, ¿Cómo nos enfrentamos a algo desconocido...o peor aún, a algo no deseado?.

Hay cambios que son deseados, y que aunque sean para siempre, estamos añorando esos cambios. Como cuando alguien pasa de la vida de soltería a la vida matrimonial, o como pasar de una vida sin hijos a una vida de maternidad/paternidad. Y hay otros tantos, que son cambios eternos e indeseados; como cuando fallece un ser querido, o cuando alguien se va del país, o cuando simplemente la vida te obliga a eliminar algo (o alguien) de tu vida para siempre.

En lo particular, siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo....ODIO LOS CAMBIOS; porque me hacen sentirme fuera de control. Porque me desequilibran los planes, y porque la única forma en la que me siento segura es cuando YO tengo el control de la situación. Y OBVIAMENTE, eso en la vida es totalmente irreal; ya que por más que quisiera, no puedo controlar las circunstancias de la vida.

En los últimos años de mi vida, han habido muchísimos cambios, unos buenos, algunos malos, otros desgarradores y en su totalidad TODOS muy enriquecedores...

En 2017, estando en mi relación pasada, vivimos algo muy fuerte como pareja, que nos cambio toda la dinámica de la relación, nuestra forma de comunicarnos, de relacionarnos incluso con las demás personas en general, pero que hasta el día de hoy, sigo pensando que nos fortaleció como personas, y a mi en particular como mujer y como cristiana.

En 2018, casi a rastras, llegué nuevamente a los pies de Jesús después de alrededor de 8 años de estar relativamente lejos de Él. Y aunque no todo se ha dado de forma repentina, ese primer paso, significó un gran cambio en mi vida que hoy por hoy sigue manteniéndome de pie, y sobre todo VIVA. Ése mismo año, al mismo tiempo, comencé un camino de auto descubrimiento, que me ha llevado a ser la mujer que soy hoy en día.

En 2019, tomé una de las decisiones más difíciles de mi vida (hasta ese entonces), de escogerme a mí, por encima de cualquier cosa. Al menos por un tiempo...

Mientras que el 2020, pues probablemente la vida de todos ha cambiado. La pandemia y el contexto social en el que estamos viviendo en este momento, nos ha cambiado nuestra forma de pensar, sentir, relacionarnos y absolutamente todo. Y aún así quizá no sabía que el cambio más grande sería éste año...

Éste año, no solamente me dí cuenta que la persona con la que estaba saliendo me mintió por mucho tiempo; si no también me toco aceptar que esa persona que era además de cualquier cosa emocional: mi amigo, no era realmente quien yo creía.

Me tocó aceptar el cambio de sacar a alguien de mi vida de raíz, aunque yo no quisiera...

Me tocó aceptar el cambio de rutina personal, para conocerme más, para aceptarme y para de alguna forma, amarme más...

Me tocó aceptar empezar a hacer MÁS CAMBIOS dentro del cambio mayor de vida. Hacer cambios para mejorar mi vida espiritual, mi salud mental, mis relaciones familiares, mi relaciones amistosas y mi interacción en general con los demás.

Y quizá, después de todo, estoy empezando a abrazar ese cambio que yo no pedí...

¿Qué podemos hacer entonces cuando hay cambios que son eternos...cambios que no nos gustan?.

  1. Tomarnos el tiempo que sea necesario: Dependiendo del cambio y del significado que éste tenga en tu vida, será al principio súper difícil de asimilar. Así que tómate lo que sea necesario para ir procesándolo de a poco.
  2. Hacer más cambios: Suena ilógico, pero verdaderamente ayuda. Cuando hay un cambio gigantezco en nuestra vida, necesitamos adaptarnos a "la nueva vida" y para ello será necesario tomar pequeños cambios que te ayuden a sentirte más cómodo. Estos cambios pueden ser: cambiar tu rutina diaria (priorizar las cosas que te hagan sentir bien); realizar cambios físicos también ayuda a indicarle al cerebro que TODO va a cambiar (cambios de look, de outfits, de espacios físicos, etc.)
  3. Escoger tu grupo de apoyo: Para ese tipo de cambios que odiamos...para esos cambios que no procesamos fácilmente, vas a necesitar gente que te empuje a avanzar en tu nueva vida. Gente que te abrace, que te vea llorar, pero que también te impulse, te inspire y te dé ideas de cómo empezar de nuevo.

Los cambios no siempre serán fáciles, o no siempre todos los cambios son positivos, pero la forma de afrontarlos también es entendiendo que es una oportunidad de comenzar de nuevo, de pulirnos y de ser una versión renovada de nosotros.

PD. Gracias a todos los que en medio de todos los cambios de mi vida (desde los más pequeños e insignificantes hasta los más trascendentales) siempre han sido mi impulso a ser una mejor versión. No dudo que en unos años, me acordaré de éstos años desde una versión más cool de Marcela Castillo, gracias a ustedes.💓

Cool vibes😉

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