Mi historia es esta...
Dicen que cuando algo termina, también es la oportunidad para comenzar algo nuevo... Y si un libro se termina, perfectamente podes comenzar a escribir el otro.
Para todos los que me leen por primera vez, para los que no me leen hace mucho tiempo, o para todos los cercanos, que han visto un cambio en mí: me vuelvo a presentar:
Soy Ana Marcela Castillo (sí...Ana es mi primer nombre. No me gusta, no por "feo" si no porque no me siento identificada con él). Tengo 29 años de edad, soy la menor de 3 hijas, comunicologa, event planner, emprendedora, católica, sarcástica, risueña, hiperactiva, bailarina, party people, coffee lover, millenial orgullosa, entre otras.
Amo escribir y hace 2 años a través de éste proyecto, encontré mi propósito en la vida: cambiar al mundo con mi historia.
Hay una historia que vengo contando a medias desde hace un par de meses, pero hoy recordando mi propósito de vida pues quiero decirles: Mi historia es esta...
Crecí en un hogar lleno de mucho calor, aunque con altos y bajos (quizá como todos). En mi adolescencia sufrí de depresión y sigo sin entender las razones del por qué comenzó, solo sé que estaba inconforme con mi vida; lloraba todas las noches cuando estaba sola y me autolesionaba las muñecas durante quizá aproximadamente 1 año a mis 15-16 y lo volví a repetir una vez más cuando iniciaba mis 20's.
En mi adolescencia tuve muchos novios y jamás fue por coqueta o algo así...si no porque a tan corta edad buscaba atención y amor y odiaba estar sola y llevé estos sentimientos toda mi vida hasta hace poco.
Entre 2012 y 2019 tuve la relación de noviazgo más importante de toda mi vida. Terminamos porque no queríamos lo mismo para el futuro y sigo pensando que ha sido la decisión más valiente que tomado en mi vida pues a ésta persona aún le sigo teniendo muchísimo cariño, y la considero la persona que ha sido la más importante en mi vida. Sin embargo, al terminar ésta relación, estaba desde un punto de vulnerabilidad en mi vida...y como siempre he cargado con éste patrón de dependencia emocional (que en ese entonces no había identificado), pues me lancé a querer tener algo con alguien inmediatamente...todo por llenar ese vacío, y como diría Arjona: "por ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja."
Había conocido a ésta persona un año antes (2018) y nos habíamos convertido en buenos amigos ( o al menos eso creía yo) . Es por ello que yo fingía que lo conocía. Sin embargo, como tanto él como yo acabábamos de terminar una relación en 2019...no quisimos tener nada serio inmediatamente (o al menos esa excusa me vendió el y a mi me pareció muy lógica).
Pasamos en ese estira y encoge de ser y no ser algo serio la mayoría del tiempo. (Eso incluía que me ocultara, que no me presentara a nadie de sus amigos, etc. que me dijera que no le dijera a nadie, que me repitiera que no quería nada serio. que dijera que yo era intensa por presionar...etc)
En repetidas ocasiones me llegaron rumores que él estaba saliendo con alguien más, y no solo eso si no que yo misma me enteré muchas veces de cosas que él me ocultaba (como salidas con ella etc). Y en todas esas ocasiones lo encaré, a lo cuál él siempre respondió con negaciones, excusas y respuestas vagas.
Había algo en mi corazón que me decía que no era ahí. Que ya había pasado mucho tiempo y eso no llegaba a nada. Que era todo muy complicado. Que quizá no era lo que yo quería para mi vida. Sin embargo lejos de ignorar esa voz en mi corazón, decidí callarla...porque era lo más cómodo: creer en la expectativa y no en la realidad.
Y como dicen todos los memes..."me convertí en lo que SIEMPRE juzgué": la amiga date cuenta...(QUE NO SE DABA CUENTA)
Luego de mucho tiempo, a finales del año pasado comenzamos a salir "formalmente", conoció a mis papas y todo el asunto. Todo iba súper bien (o al menos eso creía yo); el había cambiado ciertas actitudes, demostraba mayor interés y prometía mil cosas para el futuro. Sin embargo, siempre todo cae por su propio peso…
1 año y medio después desde que comenzamos a hablar y a “tener algo”, En abril 2021(jueves 1. Jueves santo para ser exacta. -al cual “casualmente” se le llama día del amor- ) me enteré que salía con otra chera al mismo tiempo (obvio ella tampoco estaba enterada). Además de también enterarme que unas cosas que yo le había prestado de buena fe, pues ya no existían, porque las había vendido (una computadora, 2 celulares y una cámara semiprofesional), supuestamente para atender a una deuda personal...(que hasta la vez sigo sin comprobar o creer esa excusa).
Lo enfrenté, y dijo que se haría cargo de la deuda...lo cual terminó con intervención de abogados, para que se me terminara cancelando un 75% de la deuda (a lo cual tuve que conformarme únicamente por protegerme).
Me dolió...me dolió el alma. Y quizá me dolió más el ego…Me mató el ego de pensar que una mujer tan inteligente como yo, había podido permitir que eso pasara (En mi mente prepotente, cosas así le pasaban nada más a la gente ingenua o tonta). Inmediatamente recordé la frase de Sex and The City: "She's a smart girl till she fell in love". (Lo cual después entendí que no era cierto: No era porque yo no fuera inteligente, y ni siquiera por el hecho de que me enamorara...era porque yo no había aprendido a amarme primero y lo suficiente...)
Luego de todo...eso se terminó. Lo eliminé de mi vida como el antivirus elimina "una amenaza". Es como si ya no existiese...Y sin embargo, los estragos quedaron y quizá duren toda la vida. No porque no lo vaya a superar, si no porque hay una versión mía antes y una después de todo esto.
Gracias a él, comencé terapia, y pude enterarme que tenía rasgos de un patrón de apego emocional (ahora todo tiene sentido porque nunca puse límites ni en esa ni en ninguna relación amorosa en mi vida).
Gracias a terapia, pude comenzar de cero. Pude conectarme conmigo, con lo que me gusta, con lo que no me gusta tanto de mi. Con mis capacidades, con mis debilidades, con mis miedos, con absolutamente cada partícula de mí.
Y por primera vez en 9 años...estoy más allá de soltera, sola💓. Y no, no lo digo con tristeza. Por el contrario, nunca me había sentido tan cómoda en mi propia piel antes.
Estoy disfrutando cada parte de ésta etapa de mi vida. Y ya no me da pánico llegar a los 30 y que "me deje el tren", por el contrario celebro cada día mi vida; me siento empoderada de quién soy, de lo que tengo, de lo que soy capaz y de la persona que sé que me voy a convertir.
Y no, no todo es color de rosa. Aún hay cicatrices, aún hay muchas cosas que sanar, pero le agradezco al cielo con tantísimo amor por estar justamente donde estoy porque honestamente ME ENCANTA.
¿Por qué cuento mi historia?
Por cumplir precisamente con mi propósito. Si hay algo que puedo rescatar de todo esto es lo siguiente:
- La salud mental es SUMAMENTE IMPORTANTE en la vida de todos y en cada etapa de nuestras vidas.
- NUNCA TE CONFORMES ni con las sobras, ni con lo poco que alguien te puede dar, ni con lo mínimo que cualquier persona (en cualquier tipo de relación) te puede dar.
- PONÉ LÍMITES, porque nuestra generación le llama "intenso" a cualquiera que pone límites, y luego te das cuenta que es preferible ser intenso que ser la persona por la que pasan por encima.
- El amor propio va más allá...siempre va más allá de hacer ejercicio, hacer dieta, arreglarte o verte al espejo y creer que sos guapo/a. El amor propio es también alejarte de lo que sabes que te puede hacer daño por respeto a tu propia persona. Es conocerte y saber también lo que mereces.
Hoy, porque ÉL (Jesús) me amó primero comprendo muchas cosas e hice una redefinición del amor mismo y decidí comenzar de cero... así que mucho gusto.
Que lindo �� he llorado porque uno aveces deja el amor propio por querer complacer a los demás o simplemente la monotonía que nos rodea. Te admiro tanto y espero tener esa fuerza de voluntad algún día. Saludos Machi!
ResponderBorrarLa vas a tener cuando decidas hacerlo o cuando estés preparada. No es fácil. Nunca es fácil hacer las cosas bien, o ponerte en primer lugar. Pero vale LA VIDA. Saluditoooos! y cuando necesites hablar, a la ordeeen.
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