Al desnudo...

Hay muchas cosas que quizá en algún momento de mi vida me hubiese gustado cambiar...Hay muchas cosas cosas de mí con las que siempre luché.

Hay algunas que ya no están, otras que están pero menos presentes, y otras que aparecieron en el camino. Éste camino que es tan único, tan cambiante, tan incierto.

Esas cosas, son todas aquellas que en algún momento me han hecho sentir menos. Esas cosas que en algún momento me han hecho sentir vulnerable, débil o simplemente diferente (en el mal sentido). Esas cosas que muchas veces no notamos, o que cuesta reconocer; esas cosas de las que cuesta hablar en voz alta y de las que probablemente nadie o casi nadie conoce.

A esas cosas hay que llamarles por su nombre: COMPLEJOS.

Y sí, no es fácil estar escribiendo un post sobre esto. Exponiendo mis inseguridades más grandes abiertamente, sin embargo, hay algo que es muy cierto y es que vivimos en un mundo en donde cada vez se normaliza el usar máscaras, en donde entre más perfecto fingis ser pues serás más aceptado por la sociedad, aunque no te sintás vos mismo, o aunque eso ni siquiera sea real (porque obvio, nadie es perfecto).

Así que, hoy a pesar de que esto podría ser utilizado en mí contra en mil y un sentidos: ME QUEDO AL DESNUDO.

Sin máscaras, ni filtros, ni metáforas, ni fábulas bonitas. 

Físicamente, desde pequeña me ha costado aceptarme al 100% y tal vez no es que me considerara la persona más fea o defectuosa del universo, pero si había (y quizá aún) muchas cosas que me hacían sentir insegura. Entre ellas las siguientes:

  • Siempre odié mi cuerpo por sentir que no era de complexión delgada. Odiaba y quizá aún odio inmensamente mi abdomen, o más específicamente "tener panza". Lo más gracioso que cuando más odiaba eso (en mi adolescencia) es quizá cuando estuve más "delgada", incluso que hoy. 
  • "¡Jamás me tomen una foto de perfil!, porque mi nariz es muy grande para mi rostro y porque no es totalmente recta como en las revistas o ahora en las redes sociales se suele ver". Es algo que pensé durante toda mi vida y que quizá hasta este año estoy aprendiendo a apreciar.
  • Y obvio, como quizá muchas mujeres, he luchado toda la vida por de alguna forma aceptar todos los "hoyitos" en mis muslos por la celulitis, o las marcas de las estrías por todos los cambios que ha sufrido mi cuerpo.
  • En mi etapa de desarrollo y quizá durante toda mi adolescencia, me frustré muchísimo por tener busto pequeño y sé que parece algo "normal" entre mujeres o al revés, algo irrelevante, sin embargo era algo con lo que crecí incluso los primeros años de Universidad, el sentir que no podía ni ocupar ninguna camisa con escote porque me sentía como hombre. Tanto así que el año pasado decidí tatuarme la costilla la palabra "freedom" que para mí significa ser LIBRE DE COMPLEJOS; ahora cada vez que me veo al espejo esa palabra, me recuerdo que debo liberarme de pensamientos negativos.

Y aunque tengo varios complejos físicos (entre otros tantos que no he mencionado), quizá los más trascendentales son los emocionales:

Crecí entre 2 maravillosas mujeres (mis 2 hermanas mayores); tan maravillosas que en mi mente de pequeña me sentía menos, porque las 2 eran "más bonitas" (en mi mente). Me sentía cómo el patito feo y quizá la menos inteligente o capaz (Al menos eso pensaba de pequeña).

Y hablando en el nivel romántico, como ya sabrán y ya les he contado muchas veces, he tenido varios novios desde adolescente, lo cual nunca resultó en nada positivo por lo que de alguna forma siempre me sentí como incapaz de amar. Como si mi forma intensa de ver la vida, de amar y de ser en general, no era algo que alguien pudiese aceptar y amar tal cual; o como si no mereciese ser amada solo por ser como soy.

Lo mismo me pasaba con amistades. Muchas veces traté tanto de ser buena amiga con las personas incorrecta (aunque por supuesto, nunca fui perfecta), que cuando esas amistades no funcionaban, me sentía culpable o inmerecedora de amistad incondicional.

Esos entre otros tantos trapos viejos emocionales que viven por ahí, y que me he ido quitando de a poco...hasta quedar al desnudo.

Ésta soy yo, tal cal, en esencia: De estatura pequeña, perfil imperfecto, rostro redondo, cachetes abundantes, pestañas pequeñas, cabello, ojos y piel oscura; busto pequeño, sin brazos musculosos o definidos, con celulitis y estrías en las piernas y glúteos.


Ésta soy yo: la de la risa escandalosa, la chistosa, sarcástica, impaciente y enojada.
Ésta soy yo: la de emociones intensas, la control freak, la que le teme a los cambios. 
Ésta soy yo: la resiliente, entregada, comprensiva, extremadamente detallista y amorosa.

y hoy por hoy, puedo decirles lo siguiente:
No soy perfecta, y sé que no lo soy. Estoy trabajando DIARAMENTE para cambiar todo aquello que puedo mejorar física, mental y emocionalmente y también estoy trabajando diaramente para ACEPTAR todo aquello que NO PUEDO CAMBIAR de mí.

Y sí, todo ese trabajo ha tenido su fruto, porque hoy frente a ustedes y frente al espejo puedo estar al desnudo y aceptar la completa esencia de mi ser. Tal cual como soy, tal cual como estoy.

Amo lo que veo al espejo, y eso implica mi estatura pequeña, mi rostro de perfil, mis esporádicas espinillas y manchas en el rostro, las bolsas en los ojos y las ojeras; eso implica la celulitis y las estrillas,  la pancita y rollitos que aún tengo, la silueta en general de mi cuerpo y lo que envuelve por dentro: Mi risa escandalosa, mi forma de amar, de decir las cosas, mis emociones, mis sueños y hasta cada uno de mis errores o defectos.

No ha sido fácil, y aún estoy trabajando muchas cosas en mí pero no quería dejar de compartirles la parte REAL del proceso, porque cualquiera puede hablar de lo bonito que se siente amarte, pero nadie te habla de lo que cuesta llegar a ese nivel o todas las sombras, máscaras o disfraces que tenes que quitarte de encima.

Espero que si tienen complejos al igual que yo, sean capaces de verse al espejo y trabajar en lo que pueden cambiar y aceptar aquellas cosas que no. Porque sea como sea, lo que hace especial a cada uno es precisamente la AUTENTICIDAD, de ser únicos e irrepetibles.

Cool vibes😉

Comentarios

  1. Tieeeenes tantas asas razooooon! Y te lo escribo así porque yo también tengo complejos. A mi me daba pena enseñar mis pies porque son gorditos y cuando veo los pies de otras personas supe que los míos no encajaban. Jamás en mi vida había usado sandalias porque yo vivía diciendo que "al usar sandalias los pies se ensuciaban más rápido y eso no me gustaba" pero en el fondo sabía que no era así. Hasta que un día vi unas que me llamaron la atención y las compré.. La primera vez me sentía tan rara como desnuda de mis pies xqe jamás los había enseñado (o sea solo mi familia los había visto) y te digo que esto fue el año pasado a mis 27 años use sandalias por primera vez... Y como tu aun no me acostumbro xqe me da miedo que los vean, "por el que dirán" y xqe otras personas tiene pies de revista y no esque no me los cuide sino que simplemente no me gustan por ni ser delgados, con uñas bonitas no se todo eso que vez en revistas... Pero en fin uno tiene que aprender a amarse con lo que tiene. Y yo al contrario tuyo yo quería quitarme mi busto xqe es grande y siempre me ha dado pena no me gusta enseñarlo ni nada. Jejeje y aquí caemos en lo que dice que no todos estamos conformes con nuestro cuerpo.

    Gracias por todas tus historias personales... Te aprecio!

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    Respuestas
    1. Lizzz! eres increíble de verdad. Mil gracias por siempre apoyar y por compartirme parte de tu historia también. Y sí, el amor propio es un proceso, y un proceso que no siempre es bonito ni lineal, pero los resultados, valen la pena, VALEN ORO.

      Me alegra que al fin te hayas atrevido a usar sandalias. Dios te quiere así como sos y no dudo que se te veían hermosas.

      Y sí, no todos estamos conformes con nuestro cuerpo, he ahí el reto de amarnos tal como somos.

      Graciaas por tus palabraaaas. ¡Un abrazoo!

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