Al amor de mi vida

Algunos podrían decir que teníamos una mejor relación antes. Otros que la relación es igual...

Y yo hoy puedo decir que es muchísimo mejor que antes. Tal vez no es la más perfecta, pero si algo puedo decir, es que es mucho mejor.

Pasé 29 años de mi vida, buscándote y aún estando cerca de ti, amándote de la forma incorrecta. Pasé entre un estira y encoje, entre un viene y va....te sentí lejos, te sentí cerca...pero quizá nunca te sentí mío, nunca te sentí familiar. Me alejé de tí tantas veces en esos años sencillamente por no tener qué decir o cómo decirte las cosas; y en los momentos de extremo dolor, solo pensé en tí, sin decirte nada. Y sabía que estabas ahí, pero no sabía cómo acudir a tí.

Hace un tiempo, recuerdo que le dije a muchas amigas y un par de mis conocidos, que yo solo quería ser feliz a tu lado. Que envidiaba a las personas que habían encontrado al verdadero amor y que eran capaz de transmitirlo sin decir nada.

Estaba tan lejos de tí, hasta que hace exactamente 3 años, volviste a tocar a mi puerta (o al menos fue la primera vez que yo abrí). Y comenzaste a conquistarme poco a poco, con paciencia, con comprensión y con perdón.

En estos 3 años que han pasado desde que tocaste a mi puerta de nuevo, yo quise ignorarte muchas veces, y quizá muchas veces lo logré, sin embargo, sin darme cuenta...me habías empezado a enamorar. Es sólo que yo no quería tener una relación seria contigo. Porque pensé que no eras para mí; porque pensé que era muy aburrido permanecer contigo, así que te ignoré una y otra y otra vez...

Hasta que todo estalló...

Un jueves al caer la tarde, decidiste hacer un acto enorme de amor. Decidiste ponerte enfrente de mí con una pancarta y una promesa de por vida: YO VOY A AMARTE POR SIEMPRE.

En el momento, ni siquiera sé si creí esa promesa. Porque esa promesa significaba que yo debía abandonar todos mis amores pasados para amarte únicamente a tí...para exclusivamente ser tuya.

Y para que te creyera...

Decidiste quebrar mi molde, en mil pedazos...como un martillo sobre un pedazo de tejado. Y ahí estaba yo...en pedacitos...deseando quedarme así de por vida o por el contrario deseando encontrar aunque sea alguna pega barata para unir todas las partes.

Y entonces entendí: no querías que me pegara. Quebraste mi molde para volverme a hacer. Para moldearme para lo que verdaderamente estoy diseñada: ser feliz.

Hoy por hoy, no tengo cómo agradecerte el haberme dado la oportunidad de comenzar de nuevo con nuestra relación. Porque a pesar de que se que no soy perfecta y quizá aún no soy suficiente para tí, aún así no te cansas de amarme justo así: COMO SOY y solo por ser yo.

Hoy por hoy no sé cómo agradecerte el que me hayas esperado con paciencia y el que me hayas ayudado a construir la versión que hoy soy.

Hoy paso llorando de la alegría y del agradecimiento por amarme de la forma en que me amas, porque sencillamente no lo merezco y porque sé que aún no te amo como debería y aún así me has dado tanto.

Gracias amor de mi vida...por enseñarme el verdadero significado del amor, y por ayudarme a quererlo vivir y transmitir.

Por haberme dado una vida nueva. Por ser el único capaz de transformar el dolor en un acto de fe y de amor. Gracias por regalarme luz, por darme paz, por regalarme felicidad.


Veo para atrás y simplemente no puedo creer de dónde he salido, o la persona en que me he convertido....todo por tí, todo por tu amor...tu infinito amor💓...

Gracias Jesús....

Cool vibes😉💓

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