El perdón y yo
Es un acto de valentía reconocer cuando hemos actuado mal...
El perdón es entonces, un acto para valientes...(tanto para quien ofrece una disculpa como para quien la recibe, la acoge y perdona de corazón).
Yo en lo personal, soy una persona que siempre ha tenido una relación un poco difícil con el perdón, en especial si a mi me toca pedirlo. Siempre he sido una persona orgullosa y es algo que con los años quizá ha ido cambiando pero que aún me cuesta muchísimo.
Por el contrario, cuando alguien me hace daño, me puede marcar por un tiempo pero si la otra parte pide disculpas, suelo perdonar con un poco de esfuerzo.
Sin embargo, cuando se trata de forma persona, ahí la cosa se pone más complicada. Soy una persona tan autoexigente, que cuando he cometido un error enorme en mi vida, me cuesta muchísimo perdonarme por lo sucedido. Por ejemplo: en mi mochila llevo aún la carga de faltas que cometí en mi adolescencia y que aún sigo trabajando para entenderlas, abrazarlas y perdonarlas.
Este año ha sido de tremendo aprendizaje y una de las cosas más valiosas que me ha dejado es eso: el perdón.
En 2019 comencé a hablar con la persona que 1 año y medio después me iba a enterar que me había engañado y robado... y en ese entonces, hice las cosas mal...
A ésta persona, yo lo conocí en 2018, y fuimos amigos durante ese tiempo. Hasta que yo terminé mi relación y comenzamos a hablar más seguido. Le conté cómo me sentía y me desahogué con él como amigo. Él en cambio, estaba en medio de una relación de noviazgo. Relación que en aquel entonces me planteo como un gran peso para su vida.
Comenzamos a hablar más seguido y a frecuentarnos más en salidas grupales, hasta que llegó el día en que él me confesó que yo le llamaba la atención, yo lo primero que le dije es que él aún estaba en una relación ( y recalco el aún porque según sus palabras, ya estaban a punto de terminar). Recuerdo que mis palabras fueron:
"Yo no voy a ser la otra de nadie, ni ahora ni nunca"🤡
Incluso recuerdo que lo aconsejé. Le dije que si ellos se amaban de verdad, lucharan por su relación y trabajaran para arreglar sus diferencias.
Le dije que nunca podíamos tener nada mientras él tuviese una relación. Que no era justo para nadie. Y que fuéramos amigos.
Y así fue, fuimos amigos porque jamás permití que pasara nada físico entre nosotros. Sin embargo éramos la clase de amigos que hablaba casi todos los días. Eramos la clase de amigos que salían en grupo, aún sabiendo que "nos gustábamos" y que él estaba en medio de una relación.
Cuando su relación terminó. Lamentablemente me sentí feliz...
Nunca me importó el dolor que ella estaba sintiendo y lejos de eso decidí juzgarla por odiarme.
Me equivoqué...
Me equivoqué enormemente. Y como todo en la vida, se me regresó la equivocación 1 año y medio después pero elevada a la máxima potencia.
Llevé ese error en mi corazón todo este tiempo. Pensando en esa clase de basura de persona que fui, pensando en que ni siquiera soy verdaderamente esa persona que actúo así. Y éste año, llegué a pensar que todo lo que viví al final de cuentas era quizá lo que yo misma merecía, por haber tomado las decisiones incorrectas.
Y me comió la culpa:
- La culpa de haber actuado mal y haberme acercado tanto a una persona que tenía una relación (aunque no la hubiese engañado tal cual conmigo).
- La culpa de haber juzgado el dolor de otra mujer sin ser capaz de ponerme en sus zapatos.
- La culpa de haberle hecho tanto daño a otra mujer de forma indirecta por mis propias decisiones.
- La culpa de haber tomado la decisión incorrecta de tener algo más adelante con esa clase de hombre.
- La culpa de haber ignorado TODAS las banderas rojas que tenía justo enfrente de mi cara.
- La culpa de no haber corrido cuando tuve oportunidad
- La culpa de rebajar mi valor para darle valor a él.
- La culpa de haberle prestado todas mis cosas.
- La culpa de haberle creído TODAS sus mentiras.
- La culpa de haber sido "la amiga date cuenta"
Y aunque aún me sigue doliendo haberme equivocado en tantas cosas y haber tomado las decisiones incorrectas en su momento, hoy por hoy puedo decir lo siguiente:
- El perdón y yo tenemos una mejor relación.
- Sea como sea...agradezco a mi versión pasada y sus equivocaciones, por convertirme en la mujer que soy hoy.
- Para sanar, hay que reconocer la versión real de tu historia y eso implica también aceptar la responsabilidad de las cosas que tú hiciste mal.
- Ninguna equivocación en el pasado puede remediarse más que con las acciones que hacemos en el PRESENTE, para evitar un futuro similar o igual.
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