Me lo merezco
Pasé años pensando que no merecía ser feliz, o que a lo mucho merecía migajas.
Pasé toda mi vida pensando que solo existían 2 clases de amor:
- El amor mediocre.
- El amor que no es amor....
Y entonces, en una cruz, comencé a descubrir a alguien que lo había dado TODO por mí: POR AMOR. Y que ese amor es INCONDICIONAL: aún con mis debilidades, aún con mis imperfecciones, aún con mis miedos, aún con mi tibieza.
Y ese amor comenzó a transformarme. Tanto así que comencé a entender mi valor. Y para ésto, se los voy a ejemplificar con un ejercicio que me dejó mi psicóloga en terapia:
- Piensa en un billete de GRAN valor. (Yo pensé en uno de $100).
- Ahora, qué pasaría si ese billete fuera doblado en 8 partes, y después de eso, estrujado, manchado y quizá hasta roto.
- Analiza: ¿El billete perdería su valor? ¿Comenzaría de la nada a valer $1 solo porque no está en el mismo estado en el que se encontraba anteriormente?...
- La respuesta es obviamente negativa...porque el billete seguiría valiendo los mismos $100 (o la cantidad que pensaste).
Esto pasa con nosotros en la vida real también. Nuestro valor nunca se pierde, por más arrugados o gastados que estemos. Es solo que muchas veces somos nosotros los que comenzamos a ofrecernos como billete de $1 valiendo $100 en realidad.
Entendí que mi valor ya lo pagaron con un precio muy alto; en una cruz. Por puro amor. Y entonces comencé a invertir en mí. Invertí tiempo, invertí dinero, invertí espacio, invertí palabras...lo invertí y lo aposté todo: POR MÍ.
¿Por qué?, para ser la mejor versión que pudiese ser en TODOS los ámbitos de mi vida y trabajé tanto en mí que dije:
Si yo estoy trabajando ARDUAMENTE por tener un alto valor: físico, emocional, espiritual, familiar, amoroso, etc. ¿por qué voy a recibir menos?.
Una de las cosas más dolorosas para mí este año, ha sido descubrir que no solo rebajé mi valor si no que dejé que pasaran por encima de mí, y no solo por creer que tal vez no lo valiese, si no también saben por qué: por desesperación y falta de fe.
Vivimos atados a un mundo en donde vemos las relaciones sanas, serias y duraderas como algo raro, cursi e iluso. Algo irreal y probablemente hasta estúpido.
Por eso vivimos criticando cuando actos de amor como los que existen entre Camilo y Evaluna (sean o no sean como estrategia de marketing). Porque somos cínicos para el amor.
Somos tan cínicos que nos conformamos...
Nos conformamos con "el menos peor", o con el "peor es nada". Nos conformamos con la idea de que "no vamos a encontrar a nadie igual" o con la idea de que "nadie nos va a querer igual o mejor".
Y entonces nos pasa lo que en repetidas ocasiones me pasó toda mi vida: CONFORMARME CON MIGAJAS.
Y lo cierto es...que ya no creo que las merezca. Es decir...si ya alguien me demostró un amor profundo capaz de dar la vida por mí y si yo estoy diariamente dándome duro para ser mejor...¿por qué voy a querer a una persona en mi vida que no quiera también ser su mejor versión? ¿por qué voy a querer a una persona que me quiera de a poquitos...o con lo que le sobre?...
En el post anterior, les contaba que estaba pasando por muchos procesos de ansiedad por no saber si estaba o no lista para comenzar a salir con alguien nuevo o por querer resolver la vida futura desde ahorita. Y les decía que lo que me ha ayudado mucho, es esa gran pregunta que me dijo el padre que me hiciera: ¿QUÉ ESTOY APRENDIENDO CON ÉSTO?
Decidí darme la oportunidad de conocer a una persona. No sé cómo va a terminar eso. No sé si vaya a funcionar. No sé si aunque funcione, esa persona será o no THE ONE. No sé nada...ni tengo garantía de nada.
¿Podría volver a pasarme lo mismo de antes? Sí.
¿Podría volver a "perder" el tiempo? Sí.
¿Podría salir todo PEOR? Sí.
¿Cuál es la diferencia hoy entonces?...
Dios...
Dios es la diferencia. Porque por primera vez en mi vida decidí entregarle mi vida entera a él. Porque después de TODO lo que he pasado, Él es el único que pudo devolverme el valor que YO MISMA había regalado. Él es el único que pudo devolverle el calor a mi corazón y el que pudo reconstruirme en la versión que soy hoy.
Hoy tomo todas mis decisiones basadas en lo que Él ponga en mi corazón. Hoy hago lo que me de paz a través de la oración. Y lo cierto es...que este proceso me está dando paz.
Diría que estoy aprendiendo que no merezco menos de lo que yo soy y de lo que yo doy. Diría que estoy aprendiendo a NO CONFORMARME. Diría que estoy aprendiendo a disfrutar recibir lo que yo sé que le da paz a mi corazón.
¿Qué va a pasar?...no lo sé. Solo sé que por el momento, sé que esto es lo que me merezco.
Cool vibes😉
Si tan real todo. Como dice un dicho "uno enamorado no piensa" y llega a idolatra a la otra persona llegas a darle mucho valor que uno es "feliz" dando too y recibiendo poco. Yo aprendí también que si podía invertir en "él" también podía darme esos lujos a mi. Comprarme ese reloj, esos zapatos o incluso darme un lujo de buena comida porque también tenía que con sentirme yo sola porque sino lo hace uno tampoco nadie lo hará. Seguí siendo fuerte y llenandonos de fuerza a nosotros que te leemos...
ResponderBorrarY esa es la la clave, entender que el valor que mereces, empieza por uno mismo. Jamás se puede pedirle a nadie que te de un valor que ni uno mismo se da.
BorrarNadie te va a valorar como un billete de $100 si te presentas como billete de $1. Es así.
Y esos cambios, y ese amor propio es algo que literalmente Dios puede hacer.