Felicidad inesperada

Después de los últimos años, no le pedí nada a la vida. Aprendí que debía trabajar por ello yo. Y éste año específicamente, dejé de esperar que mi destino cambiara, o que las cosas fueran exactamente como yo quería.

Me enfoqué en mí. En conocerme, en sanarme, en motivarme, en ser una versión mejor. Y fue entonces cuando dejé de mirar hacia el futuro con tanta ansiedad (aunque obviamente aún me da miedo muchas cosas del futuro, pero ya no de la misma manera). Comencé a ver el futuro con la certeza de saber que DIOS NO SE EQUIVOCA. Y con esa certeza de saber que Él hace todas las cosas nuevas...

Jesús cambió el significado de la cruz, de un acto tan horrible y lleno de odio a uno nuevo lleno de valentía y de amor. Solo Jesús puede cambiar el dolor por alegría y hacer resurgir de las cenizas una obra preciosa con un nuevo propósito.

En mi "perfecto" plan de vida, era estar soltera un par de años más, porque ni siquiera sabía si estaba lista para estar con alguien. Pero los planes de Dios no siempre son los mismos que los nuestros...

Pasé toda mi vida con falta de autoestima y a consecuencia de eso, enfocándome en las personas y las relaciones menos indicadas. Hasta que sin pensarlo, ni planearlo...conocí a alguien que me cambió la perspectiva de los hombres en general, de las relaciones, del amor propio y del amor en general.

Éste año, entre lágrimas recuerdo que le dije a Dios que ya no quería fijarme en nadie por cosas superficiales o pasajeras. Y comencé a pensar en aquellas cosas que mi corazón necesitaba. Y ahí estaba él...apareció con toda la lista, como mandado a hacer de forma personalizada.

Todo lo que he vivido con él, ha sido siempre lo que había deseado tanto, y sin pedírselo y sin siquiera saber que lo necesitaba.

He aprendido sobre amor sano y sobre lo que mi corazón merece. Y a pesar de que estaba cubierto de hielo... él ha sabido darle el calor necesario para derretirlo.

Y no, ya no soy la misma Marcela de antes. Y por supuesto, no soy adolescente. Obvio que sé que no se puede ni se debe idealizar a nadie. Obvio que sé que existe una etapa de enamoramiento que dura de 6 meses a un año, y que en esa etapa solemos pensar que la otra persona es perfecta. Lo sé...estoy consciente de eso. Y es por ello, que no puedo hablar en futuro, no les puedo asegurar mi futuro como quizá lo hacía antes...

Quizá aún hay muchas cosas que me dan miedo. 
Quizá aún tenga incertidumbre de otras tantas cosas del futuro.
Quizá no sepa que va a pasar mañana.

Y en un principio tenía un miedo inmenso de la gente. De lo que dirían los demás. Quizá esperaba aprobación para que me dieran permiso de ser feliz....

Pero puedo decirles algo: ¡Actualmente, me siento extremadamente feliz de iniciar ésta historia!, así que como aprendizaje les dejo lo siguiente:


NADA
en la vida está garantizado y absolutamente TODO puede cambiar de un día a otro, por lo que hay cosas que no se pueden controlar. ¿Qué es lo que si podemos controlar? el presente. Y si hay algo que te da paz, sensación de comodidad y felicidad...vale la pena vivirlo, vale la pena arriesgarse para saber qué más hay adelante. Porque al final de cuentas...

¡La felicidad vale la pena...vale la vida!

Cool vibes 😉




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