Heridas pasadas

Hoy descubrí, cuán importante es enfrentarte a tus heridas...por muy antiguas que sean. Por muy insignificantes que parezcan.

A lo mejor, y si todos nos enfrentáramos al dolor del que ni siquiera queremos hablar, dejaría de haber tanta gente insegura, con complejos, con falta de auto estima, con apegos emocionales, con trastornos de ansiedad o depresión, etc.

Hay muchas cosas que viven en el fondo de nuestro corazón/mente y que ni siquiera nos damos cuenta que nos importan, hasta que las traemos a nuestro consciente.

Como les conté en el post del blog anterior, regresé a terapia porque me parecía necesario como parte de mi crecimiento personal para poderme desarrollar mejor en todas las áreas de mi vida. 

En mi primera sesión con ésta nueva profesional, me dejó 2 tareas: 

  1. Realizar ejercicios de respiración consciente: Que aunque parece extremadamente innecesario, realmente le ayuda a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro a realizar que no hay ningún peligro real que estemos viviendo en ese momento o al menos no uno que no podamos controlar. (Súper recomendado para quienes sufrimos de ansiedad).
  2. Realizar un listado de absolutamente TODAS las cosas que me habían dolido a lo largo de mi vida...y esta segunda tarea, me quiero detener.
Cuando la psicologa me describió cómo debía hacer esa lista, inmediatamente comencé a sentir ansiedad, porque sabía que en esa lista iban a estar muchas cosas que me habían dolido en su momento y que aunque "ya estaban superadas", eran como llagas sin cicatrizar, de esas que duelen al contacto.

En los próximos días a esa primera sesión, comencé a hacer esa lista en mi cabeza (sin pasarlo al papel) y le daba tantas vueltas en mi cabeza de ponerme a pensar ¿por qué esas cosas aún seguían en mi cabeza? si habían sido cosas tal vez de mi infancia, adolescencia o de hace un par de años atrás; o tal vez de cosas que hoy por hoy yo podía ver como "insignificantes" pero que en su momento definitivamente marcaron mi vida.
 
Pasé la lista de mi cabeza al papel, y descubrí:
  • Había muchas cosas inconclusas de mi infancia-adolescencia.
  • Más de la mitad de esas cosas habían sido dolores que en su momento no los entendí y que mucho menos los hablé con nadie.
  • Descubrí que tenía dolores guardados relacionados a mis relaciones familiares, a mis relaciones amistosas y amorosas de mi adolescencia, y descubrí que tenía aún dolores guardados de cosas aún sin descifrar.
Y es que vamos por la vida sin darnos cuenta que lo que somos hoy, es la suma de nuestros recuerdos, dolores, alegrías, triunfos, fracasos, aprendizajes y relaciones en el pasado.

Hoy que tuve la oportunidad de discutir ésta lista con mi psicologa, me di cuenta que era como estar relatando mi historia de dolor y quizá cualquiera que la hubiese leído de forma dramática, estaría pensando que soy un fracaso de persona o metida en un hoyo interminable y sin fondo. Y lo cierto es...

Que cada herida que forma parte de mi cuerpo, es precisamente lo que me ha formado en la persona que soy.

Y sí, no les voy a negar que fue doloroso pensar en cosas que aún a mis 30 años sigo sin entender o pensar en cosas que aún duelen. Sin embargo...

También me sentí orgullosa de mi historia.
  • Podría haber creado muros emocionales en contra de mi familia y de la gente en general..
  • Podría haberme suicidado en mi adolescencia.
  • Podría haberme vengado de cualquiera que me hubiese hecho daño.
  • Podría ser drogadicta.
  • Podría no haber terminado mis estudios.
  • Podría estar aún metida en una relación tóxica de amistad o "amorosa"
  • Podría ser esa a quién le pegan, a quien le mienten, a quien engañan.
  • Podría tener un estado de salud deplorable.
Podría haber sido tantas cosas, y me podría haber convertido en tantas cosas malas...
Y sin embargo, no fue así.

Esa niña que creció en un hogar con problemas (quizá al igual que todos).
Esa niña que sufrió en silencio sin entender lo que estaba pasando.
Esa adolescente que buscó atención y amor en relaciones amorosas equivocadas.
Esa adolescente que se cortaba las muñecas para -extrañamente- sentir menos dolor.
Esa joven que tomó decisiones duras y dolorosas para mejorar su futuro.
Esa adulta con problemas de apego emocional
Esa adulta que permitió ser menospreciada solo por un poco de tiempo y de atención.
Esa mujer que le tocó pasar por el fuego mismo.

Esa mujer está aquí sentada escribiendo. 
Esa mujer es ahora alguien que lucha a diario por buscar un equilibrio entre su salud física y mental.
Esa mujer es alguien que abre su corazón de par en par para contar su historia, aunque eso aún duela.

y aunque aún tengo muchas inseguridades y muchas cosas en las cuales trabajar. Aunque JAMÁS vaya a ser perfecta o tener la vida perfecta. Puedo garantizar algo:

Mi niña interna, ESTÁ ORGULLOSA DE LA MUJER EN QUÉ SE CONVIRTIÓ.

Porque no soy las heridas que algún día dolieron. 
No soy los errores que algún día cometí.
No soy el daño que me hicieron.
O las decisiones equivocadas que cometí.
O los sueños que NO logré cumplir.

Soy lo que soy HOY, y eso por lo que estoy trabajando para convertirme el día de mañana.

Y tú, ¿te has preguntado quién sos? ¿Cuál es tu historia? ¿Qué cosas dolieron/duelen y de qué cosas estás orgulloso/a de tu historia?...

Cool vibes😉

Comentarios

  1. Había dejado de leerte por el "tiempo" y veo que me he perdido de mucho.. Gracias por hacernos ver que la vida no es tan fácil como uno aveces piensa y yo concluyó que evitar pensar en lo que nos ha hecho, hace o nos hará daño no nos ayuda en nada. Abrazos!

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    1. ¡Qué alegría volver a leerte Liz!, no sabes cómo me alegra el corazón que de alguna forma el mensaje llega donde corresponde.

      Y sí, al final, todas las heridas ayudan a convertirnos en quiénes somos, siempre y cuando las sepamos asumir con amor para curarlas, sanarlas y abrazarlas.

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  2. Me has sacado las lágrimas en tu último párrafo. Cómo cuesta a veces soltar eso, cómo cuesta curarse las heridas... pero hay que seguir de frente. Gracias por recordarnos que no estamos solos en todo esto y a reconciliarnos con nosotros mismos.

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    1. A veces cuesta muchísimo sanar porque no traemos a nuestra consciencia todas aquellas cosas que nos dolieron y que aún nos siguen doliendo. Parte del proceso debe ser también profundizar en nuestro interior para saber qué cosas aún no han sido resueltas y enfrentarnos a ellas para después sanarlas poco a poco o el tiempo que nos lleve.

      Gracias por leer, y gracias por hacerme saber que mi labor de alguna forma tiene un sentido en el mundo.

      Un abrazo!

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